El sol ya se había ocultado tras los edificios cuando Lyam, bolsa de viaje en mano y tras haber saciado su apetito con algunos rateros en unos callejones cercanos, llegó a la puerta de lo que parecía un bloque de apartamentos de buen nivel. La noche anterior tras una cena apresurada para saciar la sed que tenía, se había dedicado a conocer la ciudad lentamente memorizando la situación de algunos edificios importantes y por casualidad había visto el lugar ante el que se encontraba.
Con paso tranquilo para un mortal se acercó a la puerta del edificio y miró a través del cristal de la misma. En el interior distinguió a primera vista la silueta de lo que supuso eran unas escaleras, además, observó que pese a ser de noche había algunas personas que aún hacían frente al frío y paseaban por la zona. Con tal de no llamar la atención de los viandantes al usar sus habilidades sobrehumanas para entrar en el edificio, optó por pulsar un par de veces el botón junto al cartel de portería. Esperaba que hubiera alguien allí o no tendría otra opción que entrar en el bloque usando sus habilidades; esto por otra parte comenzaba a parecer la mejor opción pues ya había llamado varias veces y no parecía obtener respuesta.
-¿Dónde se mete la gente con el frío que hace? -se preguntó a sí mismo a modo de comentario fingiendo calentarse las manos a través de los oscuros guantes que llevaba.