Noche de luna llena.

Entre las sombras de los edificios de aquella fría ciudad, una figura en moto circulaba sobre el asfalto de sus calles. La figura que conducía, totalmente vestida de negro, a juego con su moto, paró el vehículo cerca de aquel centro comercial tan transitado durante el día y ahora, a aquellas horas de la noche, completamente cerrado.

Bajó de la moto y se quitó aquel casco negro que cubría su cabeza por seguridad, aunque no la necesitase, y una cascada de cabellos rojizos y rizados cayo sobre los hombros de aquella figura, que por sus curvas daba a conocer su identidad como mujer. Recorrió al lugar con sus orbes verdosas, desierto. En aquel lugar, a aquellas horas no había nadie, excepto algun grupo de jóvenes humanos que transitaban las calles de la ciudad buscando la diversión ofrecida por la noche... Pero quitándolos a ellos, no había nada que pudiera llamar la atención de la chica.

Dejó el casco sobre el asiento del vehículo y caminó hasta las puertas del centro comercial, bajándo un poco la cremallera de aquel mono negro de cuero, pues se sentía algo agoviada con aquella prenda.
Sabía que el aquel lugar, bastante iluminado debido a toda la propaganda que el edificio tenía en su exterior, estaba expuesta en cierto modo, pero no le importó aquello, ni que el el satélite terrestre brillara sobre el oscuro cielo de aquella noche formando una esfera perfecta, la favorita de aquellos a los que se les conocía como licántropos, ella había llegado hasta aquel lugar para obtener cierta información acerca de uno de los grandes empresarios de aquel lugar, que guardaba en el edificio unos documentos, al parecer, importantes para algunas personas, y sabía que cuando ella se retirara del edificio llevaría aquellos documentos en las manos.

- Bueno ... Vamos a ver que es lo que guarda esete lugar.- Comentó mientras caminaba hacía una de las esquinas del edificio, buscando otras puertas que no fuesen la principal. Pero cuando la encontró soltó un suspiro algo pesado.- ... Que pereza.- Dijo al comprobar que la puerta estaba cerrada a cal y canto, tal y como ella sospechaba casi con total seguridad y empezó a buscar algunas herramientas en unas fundas que llevaba en sus caderas para forzar la cerradura.

Unos 3 minutos después de haber empezado con aquella tarea, la
pelirroja había conseguido burlar la cerradura de aquella puerta y
abrir el cerrojo sin necesidad de ninguna llave.

Empujó aquella puerta y al ver que ninguna alarma comenzaba a sonar en el lugar la chica sonrió levemente, quedándo bastante satisfecha por su trabajo bien hecho, y empezó a guardar las herramientas que había utilizado en sus fundas. Tras aquello dio un paso para entrar en aquel edificio, pero cuando lo intentó una voz resonó tras ella, haciendo que la jóven
parase y cerrase un poco la puerta, sin llegar a encajarla de nuevo.

Se giró y encontró tras ella a un chico robusto y de cabellos castaños, o al menos eso le parecía distinguir, pues las luces de aquellas dichosas farolas la hacían confundir levemente aquellas tonalidades

No supo como responderle, pero era obvio que él la había sorprendido mientras hacía su trabajo, maldita sea... Debía de haberle oido llegar...
De todas maneras le sonrió, aguantando en cierto modo su nerviosismo, y le respondió al saludo con el mismo todo educado de voz.

- Buenas noches señor...- En cierta manera aquella situación le gustaba, él podría ser algún guarda, un trabajador de aquel lugar... El temor por ser descubierta hacía crecer la adrenalina en su interior, por lo que no pudo evitar sonreir,
cada vez más.

- ¿Podría tener el honor de saber el nombre de una persona que se dedica a saludar a señoritas desde sus espaldas?- Preguntó con cierto tono de burla en su voz, pero sin querer ofenderle en lo más mínimo.

La pelirroja miró al chico de arriba abajo con un poco de desconfianza al verle avanzar, mas no hizo nada por impedirselo, pues él no parecía venir con malas intenciones ... Aunque ya se sabía que en estos tiempos no debes fiarte de nadie, por lo que ella echó mano de aquello que dicen y, sin ver otra escapatoría, cerró la puerta que acababa de abrir, ya volvería a forzar aquella cerradura en otra ocasión, un presentimiento le dijo que no iba a poder infiltrarse en aquel edificio aquella noche, y sus presentimientos nunca fallaban.

Escuchó el nombre que el chico lo había dicho. Podía ser verdad o no, lo fuera o no lo fuera asintió con la cabeza al escucharle, pues así le llamaría. Al oir su pregunta avanzó un poco, dejando atrás la puerta y se colocó justo delante del chico, acortando toda la distancia del principio, abusando de una confianza que ella no poseía.

- ¿Le importa mucho al señor lo que una dama ande haciendo por aquí?- Contestó con otra pregunta, observando atentamente sus ojos. Había algo en él, ahora que se acercaba, que le decía que no se trataba de un humano. Podría ser uno de sus "hermanos" ... Aunque también estaba la opción de un lican, pero lo dudaba ... Aunque quien sabía, de todas maneras ese chico le intrigaba un poco.

La chica dio media vuelta de nuevo, aunque ahora con algo de "fuerza", lo que hizo que sus cabellos danzasen un tanto. Volvió a caminar de nuevo hacía la puerta con una sonrisa y la señaló, encogiendose de hombros.

- Bueno, es simple, intentaba entrar en éste lugar.- Dobló un poco su cabeza para poder mirar a David.- Me has pillado cuando forcé la cerradura, por lo que supongo que eso ya lo sabías, pero será lo único que te diré.- No le dio miedo el decirle aquello, pues si era un humano simplemente le bastaría con esconderse entre las sombras. Y si era un vampiro ... No creo que le importara demasiado el que ella entrase en aquel lugar.

Apoyó su espalda sobre la puerta y se pasó una mano por sus cabellos rojizos, mirándo al jóven a la cara.

- Y, ¿qué es lo que haces tú aquí, David?- Preguntó, totalmente curiosa.

Asintió cuando él le aclaró que era lo que hacía en aquel lugar, aunque le parecía extraño que una persona simplemente se paseara por un lugar a aquella horas de la noche sólo por pasear un rato ... Aunque, ¿quién era ella para hablar de las cosas extrañas del mundo?

Matenía su sonrisa aún cuando él le preguntó aquello, y no pudo evitar ensancharla un tanto, mostrando también sus colmillos mientras se cruzaba de brazos.

- Júzgalo tú mismo- Fue lo único que dijo como respuesta a su questión

Roxanne seguía con sus claras orbes sobre las del chico pero había algo que comenzaba a inquietarla por alguna razón, como una especie de presentimiento. Miró a ambos lados con disimulo, pues no quería que él se percatase de nada, pero no vio nada extraño en el lugar, así que simplemente suspiró y cambio el peso de su cuerpo a su pierna derecha, algo inquieta de todos modos.

- Creo que seré yo quien te juzgue -Respondió Nathan antes de que Ray pudiera hacerlo, el vampiro tras su encuentro con Abrahel se había movido en el mayor de los sigilos acompañándolo de la mayor de las velocidades que su cuerpo actualmente le proporcionaban y había alcanzado el punto donde su informador le había dicho con total precisión donde estaría Roxanne, justo a tiempo para escuchar las últimas palabras de cada neófito.

Se encontraba en pie justo sobre una farola que iluminaba levemente la puerta trasera del centro comercial y no tardó en dejarse caer sin levantar ni el más mínimo ruido para los oídos humanos, para acabar entre los neófitos que conversaban tranquilamente hasta que había llegado él. Llevaba una gabardina negra, acompañada en color por sus pantalones vaqueros y sus botas y creando contraste con su camisa blanca. Sus ojos brillaron en la oscuridad mientras se acercaba a la neófita pero no para atacarla ni mucho menos, sino para colocar la mano entre la farola y la cerradura de la puerta- Por favor, permíteme -Comentó mientras lo que era la sombra de su mano desaparecía justo en el agujero de la puerta de donde no tardaron en escucharse sonidos hasta que esta finalmente cedió abierta- Pasemos a un lugar más intimo, nunca se sabe quien nos observa mientras estemos en la calle, por cierto el otro neófito, también estas invitado a mi pequeña reunión. Cuando la dama quiera -Añadió con un gesto que pretendía ser de caballerosidad aunque quien sabía lo que pasaba por la cabeza de aquel Neófito que únicamente deseaba más poder para si mismo.

- Corre muy rápido ...

Una de las frases que se escapaban de sus labios en señal de queja cuando aquel vampiro se fue corriéndo, sin mediar ninguna palabra más. A pesar de su velocidad, Abrahel le siguió con su moto, a la mayor velocidad posible, siempre dejándo menos de 4 kilómetros de colchón, para así poder detectarle y seguirle. Cuando sintió que se paró, redujo la velocidad de aquella oscura moto y se lanzó hacia el lugar, aún con una velocidad espeluznante.

La moto frenó de seco, derrapándo por la húmeda carretera. Aparte de Nathan detectaba dos auras más, dos vampiros uno de cada sexo. Se bajó, abrochándo su chaqueta y echándo a andar hacia el centro comercial. Aún permanecían los tres en la puerta. Abrahel se colocó a un lado de Nathan sin decir nada. Le hiría informándo cuando en sus auras aparecieran rasgos telepáticamente, ya que parecía haber desarrollado esa habilidad.