Carlos en su forma lobuna se desplazo a gran velocidad entre los edificios, coches y demás objetos artificiales que el hombre había creado en aquella ciudad de hierro y hormigon. Buscava algún sitio donde poder encontrar a uno de los suyos y para ello debía adentrarse en las subterraneas entrañas de la ciudad. Econtro una escalera en la que justo encima en un carte ponía "Metro". Carlos pensó que ese era un buen lugar ya que la escalera estaba precintada por la policia ya que estaba abandonada, por lo que bajó las escaleras, se escabuyo entre las cadenas y se escurrio por los huecos de la pared, hasta llegar a la misma estación de tren justo al lado de los tuneles abandonados.
Carlos se transformó en humano y se vistió de forma rapida para que no le sorprendieran tal y como vino al mundo. Despues de aquello se apoyó en un pilar de la estación y empezo a afilar su cuchillo. MIentras el silencio predominaba en el ambiente, un fuerte y desgarrador sonido lo rompía y en plena oscuridad, unas chispas saltaban iluminando una figura fantasmagorica de un hombre con su preciada arma, a la espera de su compañero. Esperaba, y esperaba, y esperaba...