En busca de la justa venganza

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Krom había estado corriendo por los bosques, el rastro lo llevaba hacia la ciudad así que decidió dar un pequeño rodeo hacia las minas para cambiar de forma allí y volver a su estado humano. Rápidamente, para no congelarse, tomó las ropas que anteriormente había ocultado entre unas rocas y se vistió con estas para luego coger sus armas y guardarlas dentro de su gabardina.

Comenzó a caminar por los bosques, con sus botas y sus ropas de abrigo de invierno durante muchas horas hasta que, finalmente, cuando el sol comenzaba a salir llegó a los lindes del bosque.


El sol aun no había salido cuando Krom llegó, en su forma humana y vestido, a las afueras de la ciudad... Se encontraba apoyado en una de las múltiples paredes de las casas que había en esta zona, que no era de mucho dinero, y esperaba con tranquilidad a los suyos. sabiendo que no tardarían en llegar, pero había encontrado el rastro y este los llevaría hacía el interior de la ciudad... Un lugar peligroso para los licántropos pues era territorio de vampiros y por ello lo mejor era que fueran unidos. Pronto amanecería y con el sol los chupasangres irían a dormir...

Carlos fue el segundo en llegar a la ciudad, donde,cargado con una mochila en las fauces, buscó unos arbustos donde ponerse su oscura ropa de espía y sus gafas de sol para las luces nocturnas de la ciudad, que, para su desgracia, no eran pocas...

Busco con el olfato el rastro de Krom el cuál encontró unas calles más adelante apoyado en las paredes de una casa de clase media. Pared de ladrillo, ventanas y barrotes del estilo barroco, tejado a dos aguas, con una pequeña lucecita en la entrada, con un felpudo que ponía "Приветствовать que significaba, bievenido, puerta de caova muy resistente. Vamos, el sueño de todo campesino amante del barroco. Apoyado en la pared lateral estaba Krom, tan siniestramente vestido y con ese aire frío que le caracterizaba, y su olor característico al ser hijo de Selene, que, por cierto, era un dato que debía comunicarle, así que lo hizo:

- Krom, hace poco descubí que soy capaz de diferenciar... como decirlo, las aspiraciones espirituales de cada uno, se identifica por un olor característico dependediendo de si persigues a Selene o sirves a Sköll, tambien soy capaz de diferenciar, a bastante distania, a los que son vampiros y a los que son licántropos, con completa seguridad, y creo que nos va a servir bastante a partir de ahora, he visto conveniente decirtelo porque, ya que somos compañeros de "manada" si esque esto se puede llamar así, creí que sería oportuno infomarte un poco jajajaja

Ambos esperaban en silencio a la llegada de Laurent, que aún estaba a bastante distancia, ya que Carlos no lo olía llegar. Para matar el tiempo Carlos desenfundó su cuchillo y empezó a aflilarlo en las sombras, donde el trapiqueo y las chispas rojizas rompian el silencio y destacaban en las sombras, dandole un toque un poco... como decirlo... ¿macabro? Si, yo diría que esa es la palabra...

Laurent se había entretenido por el camino; en los alrededores del bosque yace su cabaña, donde vive actualmente. Había optado por un cambio de ropas, tenía claro que debía de hacerlo pues las otras estaban manchadas con su sangre. Aprovechó para vendarse la herida e inutilizar su brazo para una mejora y rápida recuperación, aunque a penas ya le dolía, era cosa de la licantropía. Devoró comida y bebió en grandes cantidades. Luego se marchó.



Tardaría más en llegar que los demás.

[Empiecen ustedes, no me esperen, que ya os encontraré. Hagan como que tardaba demasiado.]

Apoyado como estaba en la pared Krom vio llegar a Carlos desde la larga distancia y escuchó sus palabras acerca de sus nuevas e interesantes facultades. Sin lugar a dudas aquellas habilidades les serían muy útiles al grupo y se sintió complacido al ver que su compañero compartía esa información con él por lo que, devolviendo el favor, le respondió:

- Mi facultad, por ahora, se basa en neutralizar las facultades de los demás y dejarlos como simples lobeznos recién nacidos.

Mucho tiempo había pasado esperando la llegada de Carlos y mucho más esperó a Laurent, el cual no llegaba, por lo que al cabo de un tiempo dijo:

-Carlos, perderemos el rastro de los vampiros si seguimos esperando a Laurent. Debemos continuar, ya nos encontrará.

Y tras decir aquello comenzó a caminar por las oscuras y solitarias calles de la ciudad, en compañía de Carlos, siguiendo el rastro que los había llevado hasta ese lugar y que los llevaría a otro totalmente distinto y desconocido, al igual que peligroso y por ello debían andarse con sumo cuidado.

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