En la entrada de las Minas Abandonadas

Carlos esperaba impaciente a Vangrant ya que tenian que repartirse el terreno, tenian que hacerlo rápido puesto que dentro de poco iva a amanecer, aunque eso les quitaba el trabajo de los chupasangre, les añadía el de los humanos que salían de sus casas con los primeros rayos del sol, y, por qué no decirlo, preferia enfrentarse a duros vampiros de la noche que a tercos pueblerinos a los cuales asustaria hasta en su forma lobuna, sin necesidad de llegar a la de licantropo.

Al salir se quito sus gafas y observaba los bajos de la montaña con sus ojos, cojió una piedra esperando a que algun descuidado pajaro pasase, queria ver si su precision se habia visto menguada con el nuevo poder. A esto que paso un ave nocturna y Carlos esperando que estubiese lo suficientemente lejos, dió un fuerte impulso con su brazo que arqueó como si fuese a hacer que la piedra rebotara en las aguas de un lago. La piedra surcó veloz el negro y estrellado cielo de la noche e impactó de forma muy contundente en el ave, el cual cayo precipitadamente sobre las copas de los árboles. El ave sobrevivio porque Carlos no apunto a matar, solo a probar, así que nada más tocar las ramas el ave recuperó el sentido y echo a volar. Su puntería no habia bajado ni un ápice, este nuevo poder no precisaba de sacrificio alguno de sus demás habilidades, ya que su fuerza, velocidad y resistencia tampoco habian disminuido desde que se percató del nuevo poder, eso le hacía estar de buen humor y a lo mejor le perdonaba la ofensa a Vangrant, pero solo si este no volvía a pasarse de la raya.

Mientras la noche transcurria y Vangrant aún no había aparecido...

Su silbido se escuchaba desde los adentros de la cueva hasta que el eco dejo se oírse, perfecto, ya había salido. Arrastro los pies con desgana y apoyo su mano derecha sobre el hombro, lanzo un suspiro y saludo.

¿Te divierte pegar pedradas a los pájaros?

Se puso su oscura capucha, fundiéndose casi con la oscuridad de la noche.

Terminemos esto rápido. No quiero muchos problemas, solo los necesarios y un poco de diversión.

Una sonrisa irónica asomo por su boca.

Carlos llevaba esperando 10 minutos en la entrada, esperaba a Vangrant. Una vez transcurrido los 10 minutos empezó a escuchar un cancioncilla silbada por un joven adolescente, sabía que era él porque como es ciego seguro que utilizaba el sonido para conocer la situacion de los objetos, paredes y enemigos, ese era uno de sus puntos débiles, ya tenía ventaja para su futuro combate.

Una vez llego a su lado mencionó si le entretenía tirarle piedras a los pájaros y Carlos dijo:

- Tengo mis motivos chico, además no tendría que hacerlo si fueras puntual, así que no te quejes.

Hubo un momento de silencio y cuando vió que su recién encontrado rival se preparaba para el combate, acercó su mano siniestra a su correa de donde colgava el diente del León de Nemea, desenfundo un 5% de su funda, pero entonces sabía que no era el momento, primero tenían que proteger a sus compañeros de raza, por lo que la enfunfó y con una sonrisa en la cara, con tono un poco decepcionado por tener que cumplir su obligación antes de su placer, dijo:

(Suspiro)- Chico, vamos a tener que aplazar nuestra pelea, tenemos cosas más importantes que hacer que molernos a ostias. Tengo las mismas ganas que de enseñarte modales de cómo hablar a tus mayores jajajaja Pero lo primero es lo primero, tenemos que asegurar la zona, aún tenemos al herido dentro y no quiero visita durante nuestro combate, tu te encargas de la zona sur y este, yo de la norte y el oeste. Nos encontramos aquí en 2 horas. Cuando llegues te daré tu queridisima derrota.

Carlos esboza una sonrisa, se amarra bien su cuchillo al cinturón para que no se caiga durante la expedición, se guardo sus gafas, guardadas en un estuche muy resistente a los golpes, en un bolsillo con cremallera situado en el pecho. Esperaba la respuesta de Vangrant para ver si teia que desenfundar o proceder a su deber, aunque algo le decía que, dijera lo que dijera, iva a inspeccionar la zona primero ya que era lo más importante ahora...

Respiro profundamente e hizo un gesto de sumision, obedeceria; pero por ahora. Olisqueo el ambiente de la noche y, con la ayuda de el holor a musgo de los arboles intento guiarse; empezo a andar cavizbajo y siguio adelante, lejos de Carlos y en busca de sanguijuelas.

Spoiler:

Casrlos escucha como sus compañeros que aún estaban dentro de la cueva se transformaban y salian en busca de los chupasangre que le hicieron daño a Laurent, por lo que decidio seguirlos por si necesitaban ayuda.

El cuerpo de Carlos empezo a crecer y a llenarse de pelo, cayo sobre sus cuatro patas, las cuales le salieron almoadillas en la palma y se reducieron a una pequeña pero fuerte pata de lobo, al igual que esta sus otras tres extremidades hicieron lo mismo. Sus labios y nariz empezaron a sobresalir de su faz y formaron el ocico del lobo, su rostro se lleno de pelo completamente menos en la cicatriz de su ojo izquierdo que se veia de forma muy visible y era un distintivo que a veces le servia y otras lo maldecian cuando queria pasar desapercivido.

Una vez completa la transformacion se tiro al vacio, cayendo desde 20 metros de altura. Al aterrizar no sufrió ningun daño ya que al ser un licantropo tenia unos musculos y huesos mas resistentes que los de cualquier ser vivo vertebrado, por lo que nada mas recepcionar la caida empezo a correr siguiendo el rstro de sus compañeos...

Spoiler: